13 octubre 2006

Puno y Sillustani

En la noche viajé a Puno desde Cuzco. El viaje un peñazo, y me tocó una señora gorda al lado que ocupaba su asiento y parte del mío, así que casi voy de pegatina al cristal todo el camino, pero bueno, llegué vivo. A las 5:oo de la mañana me alojé y me metí a dormir hasta las 10. Me sentó de lujo, pues el viaje fué incomodísimo.
Por la mañana salí a conocer Puno, a orillas del Titicaca, una ciudad normalita, pero que es la capital del folklore del Perú, famosa por ese motivo. La ciudad en si no tiene nada destacable, salvo una catedral barroca normalita. Hice unas llamadas y unas compras, y contraté una excursión para la tarde para ir a Sillustani, que es un pueblo a 33 km de aquí.
Sillustani es famoso por unas torres funerarias que tiene en unos cerros. Empezaron siendo enterramientos, y fueron evolucionando hacia el exterior, convirtiendose en época de Tiahuanaco en grandes torres, y alcanzando la máxima perfección técnica con los incas, como siempre. La más grande mide 12 metros y es impresionante, y tiene grandes sillares tallados en forma circular, todo un virtuosismo, que tios.
Lo que no me ha gustado es que el guía no tenía ni puta idea. Decía cuatro bobadas y no se complicaba. Le pregunté dos cosas y me intentaba eludir. Me jode mucho que pongan a un bombero de guía, aunque el tío era majete y no tiene la culpa, pero no solventó mis dudas, y yo pagué por llevar un guía. Cuando no dice eso de: "¿alguna pregunta?", para mi ya está todo dicho, no quiere complicaciones porque no tiene ni idea.
Después de ver esto fuimos a una casa tradicional de la zona, de piedra y barro, donde vive gente como hace 500 años, sin agua, ni luz, ni las comodidades que conocemos. Se notaba que estaba un poco montado para el espectáculo, pero aún así me ha gustado mucho. He comido cebada tostada, y estaba de lujo. Nos han enseñado como tejen, como viven, los útiles de la vida cotidiana... muy bien. Y luego un tío ha hecho un lanzamiento con honda inca, y ha mandado una piedra lejísimos, no se calcular metros, pero imposible hacerlo a mano.
Y por hoy es todo. He llevado ropa a lavar y poco más. Mañana madrugo para coger un barco a las islas del Titicaca, y haré noche con una familia aymara en la isla de Amantaní, así que bien, es lo que quería. Estaré incomunicado dos días.
Cambiando de tema. Ayer estaba en un ciber donde tambien vendían excursiones. Llegaron unos mochileros argentinos, y les pidieron 170 dolares por ir a Machu Picchu como yo lo hice. ¡Yo estaba flipando! Me gasté como 30 dólares en total. Ellos huyeron, lógico, y yo salí a buscarles, hasta que les encontré, me presenté, y les conté como llegué a Machu Picchu y todos los enlaces. Los tios, muy majetes, empezaron a llamarme San Diego, ¡que boludos! Jaja, estas cosas son las que molan de los viajes. Nos despedimos y me dieron las gracias y me desearon mucha suerte.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Buenos dias! Nada mejor que desayunar leyendo tu blog para empezar bien la mañana.
Un besazo, San Diego ;)