06 octubre 2006

El Valle Sagrado (1° parte)

Hoy he hecho la primera incursión en el Valle Sagrado. Cogimos un bus temprano hasta Pisac, a 32 km, por carretera montañosa, pero bien. Luego un taxi que nos llevaron hasta la entrada a las ruinas incas de Pisac. Yo queria subir a pie, pero menos mal que no lo hicimos asi, porque era una paliza de muerte como luego pude comprobar. El casoo es que estas ruinas me han dejado encantado. Hay terrazas espectaculares para cultivos, ascendiendo montañas enteras. Mas arriba pude ver los sistemas de canalizacion del agua, lo que permite riegos por inundacion controlada, eran unos genios estos incas.
Aunque Pisac no tiene la fama de otros lugares, a mi me ha parecido un lugar fantastico, con muy buenas vistas sobre el valle y un conjunto de edificios sumamente interesante, que se extiende por mas de un kilometro en lo alto de las montañas. La mejor de la suerte se presento cuando nos encontramos con un indio tocando la quena de forma magistral, un virtuoso el tio. Se merece toda la admiraciom del mundo, asi que le di unas monedas y nos hicimos unas fotos con el. Es una gozada estar en un lugar asi escuchando esa musica, es mejor de lo que hubiera soñado. Ademas no habia mucha gente porque el dia estaba medio lluvioso, asi que muy tranquila la visita. Nos llevo mas de una hora, y luego comenzamos el descenso a pie, por unos senderos, pasadizos, una cueva y unas escaleras muy peligrosas, y mas con lluvia, asi que mucha precaucion, que no quiero volver a España en caja de madera de pino, jeje. El caso es que tardamos como hora y cuarto en bajar, y en el pueblo estaba el enorme mercado. Es una maravilla, y al mismo tiempo una putada, porque quieres comprarte todo, pero claro, para eso hace falta pasta. Si que he hecho bastantes compras no muy caras, salvo las joyas de plata, que son mas caras, pero aun asi baratas para el precio de España, asi que dejo abierto el apartado de encargos, paisa barato, jaja.
Alli pasamos como 3 horas, pero podia haber pasado otras tres tranquilamente, pero hay mucho que ver en este valle, asi que cogimos un bus hacia Tambo Machay, conocido como el Baño del Inca, un lugar pequeño pero precioso. De nuevo con lluvia, que se paro rapido, por suerte. Despues de ver Pisac, Tambo Machay te parece insignificante, pero reune mucho encanto en poco espacio. Dicen que quien bebe de los dos caños de agua tendra mellizos, asi que yo por si acaso no tocarlo, jaja.
Luego bajamos al cercano yacimiento de Puca Pukara, una especie de fortaleza pequeña, como un punto de vigilancia, con perfecta arquitectura y muy buenas vistas de las montañas.
Despues nos esperaban unos 5 km a pie hasta el fantastico yacimiento de Sanqsaywaman, pero antes visitamos una enorme roca llamada Qénko, en quechua es "zigzag", y tiene labradas figuras en zig zag y cuadrados.
De camino unos niñitos se nos acercaron y cantaron un villancico. No pega ni con cola, ya lo se, pero aqui cualquier cosa sirve para pedir una ayuda, asi que Fiore les dio unas monedas y yo dos paquetes de galletas de chocolate. Es jodido ver que casi se pegan, pero intente dejarles claro que lo repartieran bien. Son un encanto de gente y es una pena que haya tanta necesidad. Habia una niña de 8 años, no mas, con un bebe en sus brazos, supongo que le dejaron al cuidado de su hermanito pequeño.
Al llegar a Saqsaywaman es imposible no quedarte boquiabierto, pues es un lugar increible, y muy dificil asimilar que eso lo hicieron personas, pues hay piedras labradas de forma matematica encajadas como un puzzle y con 300 toneladas de peso. Estoy seguro que hoy en dia, con maquinaria y todo, nadie seria capaz de realizar una obra asi. Los muros hacen forma de zig zag, y se dice que Cuzco tiene forma de puma, y Saqsaywaman serian los afilados dientes. Recuerdo haber visto planos en libros, y es una opcion bastante problable, lo que demostraria que ademas de excelentes arquitectos, eran excelentes urbanistas. De hecho Cuzco tiene calles intactas en cuanto a organizacion desde el periodo inca.
Al terminar la visita, regresamos a Cuzco a pie, por los caminos que los incas hicieron, y despues de una gran paliza llegamos al hotel a por nuestra merecida ducha. Hay sido un dia intenso y de esfuerzo, con lluvia por momentos, pero todo lo visto compensa cualquier cosa, y ademas me estoy poniendo en forma sin ir a gimnasio, jeje.
A veces no me creo lo que estoy haciendo y viviendo, y tardo un poco en asimilar y digerir lo que he visto, pero luego me doy cuenta de lo afortunado que soy por estar aqui, e intento disfrutar de cada minuto, que ya tendre tiempo de descansar.

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