28 febrero 2011

Lima y Miraflores

Desde Copacabana tomé un bus hacia Puno, ya en Perú. En este paso fronterizo los trámites son mucho más rápidos y menos rigurosos que en los pasos argentinos y chilenos. En diez minutos cambié de país sin problemas ni esperas. Al llegar a Puno llovía con fuerza, y no paró en todo el día. Me alojé en un hostal muy céntrico, limpio y cómodo, algo poco habitual durante este viaje.

Pasar de Bolivia a Perú supone un contraste evidente. Perú tiene una economía más sólida, y por suerte no se ve tanta pobreza y necesidades, aunque las haya igualmente. En Puno pasé dos días escasos. Era el primer lugar al que llegaba y ya conocía previamente, una sensación nueva en este viaje. Siempre que llego a un lugar tengo que esforzarme en orientarme rapidamente, y aprender nombres de calles y plazas, y por primera vez en cuatro meses sabía perfectamente donde estaba y lo que tenía que hacer... ¡qué alivio!
Catedral de Puno
Catedral de Puno
Por culpa de la lluvia no pude disfrutar mucho de Puno, aunque el segundo día salió el sol y me fui a dar un paseo a la orilla del lago Titicaca, en la zona del puerto. Han construido un paseo con muy buen criterio al lado del lago, pero por desgracia todo está sucio y lleno de basura.
Puerto de Puno
Puerto de Puno, lago Titicaca
Contaminacion en el Titicaca
Basura a orillas del lago Titicaca
El lunes día 21 tomé un bus hacia Lima, armado de paciencia, pues son 24 horas de viaje. Conseguí un buen asiento en la planta baja del bus, grande y cómodo, que hizo que el viaje fuera mucho más facil. Se hizo pesado, pero bastante mejor de lo que esperaba, a pesar de tener que ver la saga entera de Superdetective en Hollywood y unos videos horribles de Pimpinela... jejeje.

Llegué a Lima el martes al medio día, y a las 15:00 ya estaba descansando en un albergue que había reservado previamente en el barrio de Miraflores. Encontré todo muy bonito y limpio, con un sol radiante que hace 4 años apenas pude ver. En Lima es dificil ver el sol fuera de esta temporada, así que esta vez he tenido suerte y he venido en un buen momento. Miraflores es el barrio "bien" de Lima, donde se ven coches caros, casinos, centros comerciales increibles, edificios modernos que superan las 20 alturas, y gente bien vestida. Por desgracia la mayor parte de Lima vive en peores condiciones.

Marriot
Arquitectura moderna en Miraflores

El día que llegué lo pasé descansando y con dolor de cabeza, supongo que por el largo viaje y el cambio de altura tan brutal. El segundo día ya me encontraba mucho mejor, y fuí al centro, que está a unos 20 minutos en bus desde Miraflores. Han construido una linea de bus Metropolitano que recorre esta gran urbe de norte a sur. Está muy bien, es cómodo y muy moderno, y pone algo de orden en el caótico transporte público limeño.
Plaza San Martin
Plaza San Martín, centro de Lima
El centro de Lima está precioso. Lo encontré muy mejorado, bonito y limpio. Han arreglado edificios, calles y plazas, han invertido en seguridad y han apostado fuerte por el turismo.
Plaza Francia
Plaza Francia
Tenía muchas ganas de comer ceviche, quizás el plato tradicional peruano más conocido a nivel internacional. Es un plato delicioso a base de pescado crudo, aderezado con limón, cebolla, maíz y otros vegetales, y estaba delicioso.
Plaza de Armas
Plaza de Armas de Lima
Al día siguiente, jueves, me levanté con una mala noticia que me jodió el día: un paquete con regalos que había enviado a casa desde Cochabamba lo han robado. Ha llegado el cartón y cuatro cosas, entre ellas 5 DVD`s con fotos de los primeros meses del viaje, algo importantísimo para mi. Al menos eso se ha salvado, pero por desgracia todos los regalos para mis familiares y amigos han desaparecido.

El resto del día intenté olvidarlo, sin conseguirlo del todo. Fui a Larcomar, un centro comercial enorme y lujoso, de precios prohibitivos para un mochilero, que mira al océano Pacífico desde Miraflores. Luego fui a comer una pizza a la famosa calle de las Pizzas, una zona muy turística en donde es facil que te ofrezcan mucho más que pizzas...
Desde Miraflores
Costa de Miraflores
El viernes fue el día de los museos. Elegí dos que no conocía: el Museo Numismático, y el Museo de la Inquisición. Los dos muy interesantes, céntricos y gratuitos, muy recomendables. Además tuve una suerte tremenda, pues conocí a Edgar, un profesor universitario con el que aprendí muchísimo, y que me acompañó durante dos horas por los dos museos.
Fachada de San Francisco
Fachada de la iglesia de San Francisco
Fue una mañana muy buena que rematé comiendo arroz chaufa en el centro de la ciudad. Por la tarde fui a Barranco, el barrio bohemio de Lima, al sur de Miraflores, que todavía conserva los edificios tradicionales en su estado original, algo extraño, pues en otras zonas son sustituidos por enormes torres de hormigón y cristales.
Palomas en San Francisco
Palomas en San Francisco
Y el fin de semana lo he pasado tranquilo, dando paseos por Miraflores y por el centro de Lima, que me ha gustado muchísimo y donde me he sentido muy cómodo. Estos días también los he pasado pensando en la ruta que voy a seguir, y que tengo más o menos decidida. Voy hacia el norte del país por la costa, para evitar las lluvias del interior. Hay interesantes yacimientos arqueológicos de culturas muy antiguas que me atraen bastante. Además hay buenas playas más al norte. Luego probaré suerte hacia el interior, a la región del Amazonas, para visitar las ruinas de Kuelap, y si es posible la catarata Gocta. Quiero pasar por Lima en mi regreso hacia Bolivia y Argentina, pero eso ya no lo tengo tan claro. Me quedan dos meses de viaje, que es mucho tiempo, pero pasa rápido, hay mucho que ver, y tengo que tener suerte con la climatología...
Parque del amor
Parque del Amor, Miraflores, Lima

20 febrero 2011

Copacabana y la Isla del Sol

El miércoles salí temprano del hostal de La Paz. Me pasó a recoger un bus a las 7:00, y hasta las 8:00 estuvimos dando vueltas por la ciudad, recogiendo a otros viajeros. El trayecto hasta el lago Titicaca fue bastante lluvioso. Llegamos a la orilla del lago, al estrecho de San Pedro de Tiquina, donde pasamos en barca al otro lado. Allí, pese a ser Bolivia todavía, hacen control de pasaportes. Ibamos advertidos, pero una pareja de argentinos se quedó allí por no llevarlos, y además tenían que pagar una multa de 300 bolivianos.
Desde el mirador del Calvario
El lago Titicaca
Desde allí hasta Copacabana se tarda menos de una hora, y unos kilómetros antes de llegar el paisaje es de postal, pese al día medio nublado. Me sentí muy feliz al llegar allí y contemplar el inmenso Titicaca, a 3800 msnm. Me trajo buenos recuerdos de hace cuatro años cuando estuve en la parte peruana.
Playa lacustre de Copacabana
Playa de Copacabana desde lo alto
Copacabana es un lugar muy curioso, además de bonito. Se encuentra en una península a la que solo se accede por tierra desde Perú, es decir, está aislada del resto de Bolivia. Hay un enorme santuario que destaca sobre el resto de construcciones, y que es un importante centro religioso y de peregrinación, uno más de los que la iglesia católica impuso, a sabiendas de que esta zona es de gran importancia religiosa para las culturas Inca y Tiahuanaco.
Vista de Copacabana
Vista de Copacabana
Por la tarde el cielo se abrió y el sol asomó entre las nubes, así que decidi subir a paso lento el llamado monte Calvario, con un ascenso por escaleras de piedra, sembrado de cruces, señalando los pasajes del Calvario en las últimas horas de vida de Jesucristo. Yo no se cómo será el auténtico monte Calvario, pero ascender este de Copacabana, a más de 3800 metros de altura, resulta bastante jodido.
Monte Calvario
Monte Calvario
Por suerte desde lo alto las vistas son inmejorables. Se ve Copacabana y las laderas cercanas con terrazas verdes sembradas de papas y quinua. Al frente las costas peruanas del Titicaca, y hacia el este la península de Sicuani y la isla del Sol. Me quedé allí arriba dos horas contemplando esta maravilla de la naturaleza, que además de bello, tiene un "algo" que no se muy bien como describirlo, cercano a lo espiritual. Comprendo que la cultura Tiahuanaco, y posteriormente la Inca, considerasen estos parajes lugares sagrados, siendo la Isla del Sol el lugar de nacimiento del dios Wiracocha.
Al fondo la isla del Sol
Al fondo la Isla del Sol
Bajé de aquel mirador feliz, satisfecho y cargado de energía, y di un paseo por Copacabana y por el puerto para comprar un pasaje a la isla del Sol para la mañana siguiente. Me fui al hotel a descansar, ya que comencé a encontrarme agotado, como si fuese a ponerme enfermo. De madrugada supe que algo me había sentado mal o que agarré frío. El caso es que una inoportuna diarrea me dejó roto. Al amanecer estaba debil, y no me atreví a desayunar, pero la ilusión puede con todo, así que agarré la mochila y me fui al puerto a tomar el barco, que era bastante antiguo, pero resistente, porque nos dimos una buena hostia de frente contra otro barco llegando a una parada intermedia. Por suerte no pasó nada, pero vaya sustos me estoy llevando en Bolivia...
Anochecer en el muelle
Atardecer en el puerto de Copacabana
Tras algo más de dos horas de navegación llegué a mi destino: Challapampa, una comunidad en la parte norte de la isla. Por desgracia el día estaba muy lluvioso, y no había nada que hacer, así que fui a un restaurante a poner a prueba el estómago, y me sentí muy recuperado. Además al salir dejó de llover, y fui al "Museo del Oro", lo pongo entre comillas porque no es más que una habitación con cuatro estanterías desvencijadas donde exponen algunos objetos e información sobre las excavaciones subacuáticas que se hicieron en esta zona del lago Titicaca.
Challa Pampa
Saliendo de Challapampa
Empezó a salir el sol y me animé a hacer la ruta que tenía pensada: Willka Thaki, "la Ruta Sagrada de la Eternidad del Sol", amén. Va desde Challapampa hasta un lugar sagrado para los Incas, donde hay un altar ceremonial, una roca sagrada y un cementerio y construcciones laberínticas. Me sentí genial en todos estos lugares, rodeado de naturaleza, tranquilidad y el pasado glorioso de una cultura que no deja de sorprenderme. Pensaba que si yo fuese el dios Wiracocha, también hubiera querido nacer en un lugar así, ¡nos ha jodido!
Paisaje sagrado
Norte de la Isla del Sol
Altar ceremonial
Altar ceremonial incaico
El Titicaca desde las ruinas
Construcciones incas en la isla del Sol
Desde allí hay un camino inca hasta la parte sur de la isla, hacia la comunidad Yumani. Hay unos 8 kilómetros con subidas y bajadas, superando los 4000 metros de altura. Algún tramo es duro por la altitud, pero es todo tan bello y agradable que parece que las piernas caminan sin esfuerzo. Además no había mucha gente, no es temporada alta, y muchos turistas prefieren ir en barco hasta el sur, así que la paz era absoluta.
Camino ceremonial
Camino ceremonial que atraviesa la isla de norte a sur
Plantaciones en terrazas incaicas
Hasta las plantaciones de papas son bonitas en la Isla del Sol
Llegué a Yumani a paso tranquilo en menos de 4 horas, haciendo una parada para comer en un lugar indescriptible, en lo alto de una roca contemplando el lago y la isla de la Luna. Al llegar a Yumani había unas niñas jugando, y una de ellas, con solo 7 años, se ofreció a llevarme a un alojamiento bueno que conocía, dándome precios y toda la información. Conmigo hablaba castellano, pero con el resto de niños hablaba aymara, como toda la gente de aquí.
Yumani
Comunidad Yumani
La niña me llevó a un sitio genial, una casa familiar donde alquilan habitaciones. Luego me enteré que los niños se llevan una propina de los propietarios, y que compiten entre ellos para captar turistas. Por eso la niña hablaba en aymara a los otros niños que también querían que fuese con ellos, y supongo que les estaría diciendo de todo menos "guapos", jeje.
Isla de la Luna
Isla de la Luna vista desde Yumani
Descansé un rato y repuse fuerzas antes de subir a un cerro cercano a contemplar el atardecer, que fue precioso. Pasé dos horas en la cima completamente feliz, relajado, y haciendo fotografías de un cielo espectacular.
Reflejos en el Titicaca
Reflejos en el lago Titicaca

Cielo y rayos sobre el lago
Atardecer desde lo alto de Yumani

El cielo en llamas
El cielo parecía arder...
Por la noche descansé como un niño, pese a las fuertes lluvias. Y amaneció lloviendo. Mi plan era navegar hasta la cercana isla de la Luna, pero con el tiempo así no era buena idea, así que tomé un barco de regreso a Copacabana, esta vez más rápido y sin contratiempos. Y allí pasé el día tranquilo leyendo y descansando, sin poder visitar nada interesante, salvo el Santuario de Copacabana, donde contemplé un ritual que me pareció bastante "friki". Allí va la gente con sus coches y camiones a bendecir a los vehículos. El cura era todo un personaje, con sotana y una gorra roja que le quedaba como el culo, jeje. Los propietarios de los coches les decoran con flores y esperan a que salga el cura con agua bendita. Hace unos rezos mientras moja con un clavel los vehículos. Los dueños de los coches se hacen unas fotos y se van tan contentos, pensando que nunca tendrán un accidente, jeje.
Santurio de Copacabana
Santuario de Copacabana
Bendición de coches
Bendición de vehículos en Copacabana
Hoy me levanté temprano para tomar un bus hacia Puno, ya en Perú, donde estoy ahora. El viaje ha sido bastante tranquilo, y el paso de la frontera muy rápido. Ahora tengo que acostumbrarme a la nueva moneda y a otro país, aunque el contraste no es muy grande, pero si que es cierto que encuentro a Perú mucho mejor que a la pobre Bolivia. La moneda peruana está más fuerte que cuando estuve en 2006, y aunque solo llevo unas horas en Puno, me da la impresión de que todo está mejorando.

16 febrero 2011

La Paz y Tiahuanaco

Las buenas impresiones que me causó La Paz se confirmaron durante los siguientes días. Al llegar desde El Alto se contempla todo el espacio urbano que asciende por las laderas de las montañas. La vista es espectacular y me quedé boquiabierto, sorprendido por cómo los hombres han sido capaces de construir una gran ciudad en un lugar tan complicado, tanto por el accidentado relieve, como por la altura, pues La Paz es la capital más elevada del mundo, a casi 3700 metros sobre el nivel del mar.
Vista de La Paz
Vista de La Paz
Los dos primeros días fueron muy lluviosos, así que los pasé recorriendo un poco la zona donde me alojé, que está muy animada durante el día, cerca de la iglesia de San Francisco y de la calle Sagarnaga, zona de tiendas de lo más variadas, especialmente de artesanías, ropas, recuerdos y amuletos tradicionales.
Artesanías
Tiendas cerca de Sagarnaga
Alasitas y creencias tradicionales
Variedad total
Pasear por las calles de La Paz es todo un espectáculo. En ella te puedes encontrar entre enormes y modernos edificios, con gentes vestidas de forma tradicional, y con contrastes increibles que hacen que todo resulte bastante surrealista.
Mujeres bolivianas
Mujeres bolivianas en una manifestación
Reflejos de nubes
Modernos rascacielos
En la calle te puedes encontrar de todo: gente vendiendo artículos "made in China", jugos, comidas de todo tipo, libros, fósiles, amuletos... absolutamente todo lo imaginable. Además estos días se está celebrando el Mercado de Alasita, que es una tradición que proviene del mundo incaico y tiahuanacota que los indígenas aymaras han conservado durante siglos. Está relaccionado con rituales y creencias muy antiguas, ý consiste en comprar pequeños ídolos de la buena suerte, la fertilidad, el amor o la riqueza. Esto ha ido evolucionando en los últimos tiempos, y ahora también se venden miniaturas de todo aquello que la gente desea, y se pueden encontrar fajos de billetes, casas, televisiones, ordenadores, coches, títulos universitarios, carnets de conducir, visados a U.S.A... cualquier cosa que pueda ser el deseo de una persona. A mi en principio me pareció un poco friki, pero cuando he conocido más a fondo esta tradición me he quedado maravillado, ya que es una creencia milenaria que ni la Inquisición fue capaz de cepillarse.

Para la buena suerte
Para la buena suerte

El tercer día lo pasé en este Mercado de Alasita, y en el parque central, donde los bolivianos practican deportes y van a pasear, y desde donde hay unas vistas inmejorables de la ciudad desde la parte superior.

La Paz  y las nubes
Vistas desde el parque

El domingo esperé impaciente a que amaneciera para decidir lo que hacer, ya que tenía dos opciones: el mercado de El Alto, o ir a ver las ruinas de Tiahuanaco (o Tiawanaku). El día amaneció gris, pero parecía que iba a mejorar, así que subí caminando a la zona del cementerio, desde donde sale el transporte hacia Tiahuanaco (15 bolivianos). Fuí en combi hasta allí. Las combis son pequeñas furgonetas japonesas que se utilizan como transporte público, para las distancias cortas. Es toda una experiencia viajar en combi, y es muy utilizado en Bolivia y también en Perú. Es barato, y aunque parezca caótico, es eficiente.
Desde pirámide de Akapana
Impresionante cielo en Tiahuanaco
Llegué a Tiahuanaco tras algo más de una hora encogido en un asiento minúsculo, junto con otras 17 personas adultas y tres niños, con olores de lo más variados, casi ninguno de ellos agradable, jeje.

Por suerte en Tiahuanaco lucía el sol y había un cielo espectacular, azul intenso, sembrado de nubes algodonosas que parecían irreales. El cielo del altiplano es increible, te sientes tan cerca que parece que vayas a tocarlo con los dedos.
Templete semisubterraneo
Templete semisubterraneo
Las ruinas de Tiahuanaco merece una entrada aparte, pero voy a intentar resumir. Es la cultura antigua más importante del altiplano boliviano y peruano, maestros en matemáticas y arquitectura, y padres de la cultura inca. Lo que más me impresionó fue la talla de la piedra, con una técnica perfecta que los incas heredaron gustosamente. La andesita es una piedra muy dura con la que construyeron enormes bloques, a veces superando las 100 toneladas, ensamblados perfectamente por medio de grapas metálicas que fundían en la misma construcción. Lo más espectacular es ver un enorme bloque de piedra con una puerta en medio, todo de una pieza... algo dificil de comprender.
Puerta del sol
Puerta del Sol
Relieves
Detalle de los relieves perfectos
Relieves perfectos
Por desgracia Bolivia carece de medios para seguir haciendo excavaciones y conservando las ruinas como lo que son: Patrimonio de la Humanidad. En la zona de Puma Punku hay bloques de piedra perfectamente tallada tirados por el suelo de cualquier manera. La pirámide de Akapana tampoco se conserva muy bien, y apenas se han hecho trabajos de restauración.
Precaria conservación
Precaria conservación

Cabezas clavas
Cabezas clavas del templete semisubterraneo

Monolito Ponce
Monolito Ponce
En cambio el templo de Kalasasaya, donde se encuentra la Puerta del Sol, estrella indiscutible de Tiahuanaco, está muy bien restaurado, al igual que el templete semisubterraneo. Fue cerca de esta zona donde un hombre boliviano me llamó de forma estraña, como queriéndome decir algo en confianza. Había una valla por medio y me acerqué curioso y tranquilo a ver lo que quería. Me dijo que tenía piezas antiguas, que si estaba interesado. Sacó de su bolso de tela un pequeño ídolo de piedra envuelto en papel de periódico. No me atrevo a asegurar que fuese auténtico, pero sospecho que si. Le pregunté si era de una huaca (tesoro), y me dijo que si, pero que era de unos amigos, claro... Por desgracia las excavaciones ilegales y el expolio es una práctica bastante habitual en Bolivia y en Perú, incluso existe el oficio de "huaquero". La necesidad y el hambre obliga a lla gente a buscarse la vida como sea, y gracias a esto, el comercio ilegal internacional funciona a pleno rendimiento.
Monolito Fraile, Dios del agua
Monolito Fraile, dios del agua
Me fui de Tiahuanaco muy satisfecho, en la misma combi y en el mismo incómodo asiento. Llegué a La Paz algo cansado y con la espalda como un cromo, pero era pronto, así que me fuí a visitar, atención: el Museo de la Coca, ¡si, si! Es poco más que una habitación, bastante pequeño y cutre, pero contiene mucha y muy buena información sobre la planta y su uso a lo largo de la historia. La iglesia católica fue la primera institución en "demonizar" la coca, prohibiendola inmediatamente. Los exclavos indígenas que trabajaban en las minas bajaron tanto su rendimiento que tuve que intervenir el rey Felipe II, aceptando la iglesia nuevamente su uso, eso si, cobrando encantados el diezmo del comercio de la coca.

El segundo en prohibirlo fue un banquero, ya como cocaina, utilizada por médicos como anestesia, y por Sigmund Freud, que según el museo, fue el primer cocainómano de la historia. Hay cosas muy sospechosas en todas estas prohibiciones: un banquero que lo prohibe, la marca de bebidas más famosa (y rica) del mundo que lo utiliza en su fórmula... cosas que no me cuadran, o si...

Salí dándole al coco con esto de la coca. Tengo que aclarar que en el museo no se hace apología de la droga, al contrario. Se diferencia claramente al consumidor (uso tradicional), del dependiente o adcito (consumidor de cocaina). En las zonas rurales de Bolivia el 90% de la gente consume coca de forma tradicional. Sin ello se cree que la vida en el altiplano sería imposible.
Calle Sagarnaga
Calle Sagarnaga
Después de un día tan intenso me fui a descansar, y dormí como un niño. Por desgracia al día siguiente amaneció lloviendo otra vez, así que fuí al Museo de Etnografía y Folklore, que me pareció muy interesante, especialmente la sección de cerámicas.
Museo de Etnografía y Folklore
Museo de Etnografía y Folklore
Por la tarde fui a ver más museos, pero casi todos estaban cerrados por ser lunes, y el de Tiahuanaco estaba en obras, así que me conformé con un paseo, sin dejar de observar las curiosidades y las gentes de esta maravillosa ciudad.

Esta maána el día amaneció gris, y decidí ir a visitar el circuito de museos municipales de la calle Jaen, por cierto, de aspecto muy español. Son cuatro museos, cada cual más interesante. Quizás el más espectacular resulte el Museo de Metales Preciosos, con una cámara acorazada en donde se exponendiferentes objetos ornamentales de oro, provenientes de Tiahuanaco. Pero el Museo Costumbrista y el Museo Casa Murillo son igual de interesantes. El Museo Litoral Boliviano estaba cerrado. La visita completa es muy barata, solo 4 bolivianos.
Calle Jaen
Calle Jaen, la de los museos.
Hoy es mi último día en La Paz, pero creo que volveré. He dejado muchas cosas pendientes por culpa de las lluvias. Además quiero visitar Coroico, Rurrenabaque, y quizás ascender el Huayna Potosí (6088 metros). Me he informado de todo, y esta no es la mejor época para la mayoría de las visitas, así que tendré que esperar. También quiero ir al mercado de El Alto, un nucleo pegado a La Paz, pero como su nombre indica, en el alto, a 4000 metros de altura, y que ya supera el millón de habitantes.
Iglesia de Santo Domingo
Iglesia de Santo Domingo
Con todo esto, he pensado continuar el viaje hacia Perú, recorrer el norte del país, y quizás Ecuador, o Colombia, o adentrarme en el Amazonas, quién sabe, hay muchas opciones, y todas buenas. Haga lo que haga me gustaría regresar a La Paz a resolver esos asuntos pendientes y cargar la mochila de recuerdos rumbo a Argentina, antes de regresar a España. Por cierto, la próxima parada es Copacabana, en el lago Titicaca.
Cholita con su bebe
Cholita con su bebé
Mujer con borsalino
Mujer boliviana