19 marzo 2015

Recuerdos de Túnez

Después de mucho tiempo sin escribir en el blog, hoy siento la necesidad de recordar mi viaje a Túnez. Lo que ha ocurrido es horrible, pero no hay que quedarse con un hecho muy puntual y aislado de un país que me parece increíble, tanto por su belleza como por la calidez y simpatía de sus gentes.

Se que las cosas han cambiado mucho desde que yo lo visité en 2008. El país se encontraba maniatado con una dictadura que parecía eterna, y sus gentes parecían sentir mucho respeto (por no decir miedo) al hablar de política o de temas que podían resultar incómodos.

Es el único país musulmán que he visitado, y el viaje más improvisado que he hecho en mi vida. Pero las cosas improvisadas suelen salir bien, así que en cuestión de días mi amiga Oli y yo hicimos la maleta y nos fuimos a Tunez, en invierno, y a un precio increible.
Una vez allí decidimos buscarnos la vida por nuestra cuenta, pues hacer excursiones organizadas te permite ver muchos lugares, pero de una forma muy turística, y siempre muy rápido. Queríamos ver lo auténtico de Túnez, viajar sin prisa y parar donde quisiéramos. En el hotel conocimos a Sheyla y Cris, y entre todos nos alquilamos un coche con chofer tunecino para conocer Sidi Bou Said, las ruinas de Cartago, y la capital, Túnez.

Sidi Bou Said es un pueblo que está muy cerca de la capital, en plena costa norte tunecina. Su encanto reside en sus calles y en sus preciosas vistas al mar y a la bahía de Túnez. Desde allí se pueden ver las imponentes instalaciones del palacio presidencial, al lado del mar y de las ruinas de Cartago.

Una de las características de este pueblo es que sus calles son blancas, y sus ventanas y puertas azules. Según dicen, el blanco para evitar el calor del verano, y el azul para repeler los mosquitos. 
   



    
Después nos fuimos unos kilómetros hacia el sur, a ver las ruinas de Cartago, muy interesantes, pero requieren muchísimo tiempo para verlas a fondo. Son una ruinas enormes, sin edificios en pie, solo restos de construcciones, así que al que no le gusten mucho las piedras le puede parecer aburrido. El complejo de Cartago es gigantesco, y de un lugar a otro hay que desplazarse en coche.


Y después de visitar las ruinas, nos dirigimos a la capital, Túnez, a despedir el día. Paseamos por el zoco y pudimos disfrutar de la amabilidad de los vendedores, pues el primer día del viaje entramos en la medina de Hammamet, donde nos alojábamos, y es un auténtico coto de caza para turistas, con vendedores que se te echan encima e intentan meterte en su tienda de cualquier manera. Comprobamos que en zonas muy turísticas, la competencia es bestial, y los vendedores son mucho más agresivos y directos que en lugares más tranquilos. En la capital ir de compras es muy cómodo y agradable, y nos sentimos mucho más tranquilos.

Con el chofer quedamos tan encantados que le propusimos hacer una excursión de dos días por el desierto, en el sur del país, y aceptó encantado. Acordamos el precio en 300 dinares, que es casi el sueldo de un mes. Y a la mañana siguiente nos fuimos hacia el sur. La primera parada fue Kairuán, con su impresionante mezquita, Patrimonio de la Humanidad.



En Kairuan hay mucho que ver y visitar, pero no queríamos perder demasiado tiempo, así que tras visitar una fábrica de alfombras artesanales y un lugar donde hacían unos dulces tradicionales riquísimos, nos subimos al coche para seguir nuestro camino hacia Tozeur.

Nuestra siguiente parada fue para comer en una ciudad llamada Gafsa, sin ningún interés particular. Aprovechamos para cambiar dinero e intentar comprar cerveza en un supermercado (algo imposible).

Seguimos nuestro camino hacia Tozeur, donde llegamos casi al anochecer. Nos paró la policía a la entrada del pueblo para un control rutinario. Luego visitamos un parque temático sobre la historia de la humanidad o algo parecido. En Tozeur hay un palmeral enorme, y pudimos ver como trabajaba un artesano la madera de palma, es increíble. Hacía todo tipo de muebles y adornos con madera y hojas de palma, y además muy resistentes. Le compramos unas cuantas cosas y nos fuimos a tomar un te, algo que no resulta sencillo cuando van 3 mujeres. Muchos bares y teterías no aceptan mujeres, pero en Tozeur nos metimos en uno donde las únicas chicas eran mis amigas. No hubo ningún problema, salvo alguna mirada curiosa. Nos tomamos un te con piñones y nos fumamos una shisha antes de dormir. La noche estaba despejada y el cielo estaba repleto de estrellas gigantes... era espectacular.

Tras una noche en vela por culpa del intenso frío, nos despertamos muy temprano dispuestos a alquilar unos camellos y ver el amanecer en el desierto. En Tozeur es un poco dificil alquilar camellos, pero gracias a nuestro chofer tunecino, lo conseguimos a buen precio. Dos hombres bereber nos llevaron fuera de la ciudad, y allí estaba el Sahara.





Tras dos horas en camello, paramos en una cabaña en medio del desierto, donde vivía una familia bereber. Allí nos invitaron a un te y a comer una especie de torta de pan recién hecha al fuego, y nos enseñaron su forma de vida. Parece increíble que vivan allí, en medio del desierto, en medio de la nada. Tenían algunos animales y poco más, pero parecían felices. Tras esta pausa, reanudamos nuestro camino en camello hacia el lago salado, un lugar donde la mirada se pierde en el infinito.

Después de 5 horas en camello, regresamos a Tozeur a por el coche, y nos dirigimos hacia Douz, atravesando el lago salado por una carretera. Es recomendable parar un rato al lado del lago y disfrutar de las vistas y la tranquilidad de este lugar.

Al llegar a Douz, buscamos un lugar donde comer, y nuestro chofer se hizo amigo del dueño del sitio, Alí, un tío muy majete. Al salir de comer Alí nos estaba esperando en su coche para llevarnos a la puerta del Sahara. En el coche montamos una fiesta con la música y unas risas, fue una bobada, pero sin duda el momento más divertido del viaje.

Al regreso hubo momentos no tan divertidos. El chofer estaba muy cansado y me tocó llevar el coche durante varios cientos de kilómetros, y lo peor de todo, por la noche. La forma de conducir no tiene nada que ver con lo que yo estaba acostumbrado, y recuerdo ir muy tenso al volante. Los camiones se adelantan unos a otros en carreteras estrechas sin apenas visibilidad, y dan continuas ráfagas con las luces largas que te van cegando continuamente.

Tuvimos la mala suerte de ver un accidente de camión que había ocurrido muy pocos minutos antes de llegar nosotros, y se te pone un nudo en el estómago. Poco después se encendió el indicador de que la gasolina se estaba acabando. Nuestro guía Hamad me dijo que llegábamos al hotel de sobra... hasta que se acabó la gasolina en medio de la nada y nos quedamos tirados. Me pillé un cabreo impresionante. Era de noche, y empezaba a llover. Hamad paró un coche y se subió en él en busca de gasolina, y yo me quedé con las tres chicas esperándole. 

Al rato paró la policía, y no nos entendíamos. Solo a través de gestos les explicamos que se había acabado la gasolina y que Hamad fue a buscar más. Yo no tenía ni idea de lo que estaban pensando, estaba bastante acojonado. Pero nuestro guía no tardó en regresar y conseguimos llegar al hotel sanos y salvos, aunque muy cansados de tantas horas de coche.

Algo muy curioso fue visitar unos baños termales, conocidos como "hammans". Quise visitar un auténtico hamman donde no entrasen los turistas, y viví situaciones incómodas, empezando por ir preparado, sin bañador. Los dueños del hamman me ofrecieron uno con pinta de estar bastante usado que yo rechacé. Así que decidí entrar en calzoncillos... menudo cante! Todos los hombres me miraban sorprendidos y yo no sabía donde meterme.

Hay diferentes habitaciones con baños de vapor, con mucha gente que pasa a tu lado sin apenas espacio. Y después de más de media hora de espera llega el momento cumbre. Una especie de baño y masaje que te realiza un hombre subido encima tuyo mientras tu permaneces tumbado en el suelo. Te echa varios cubos de agua por encima y te frota con algo parecido a un guante de esparto que te rasca la piel muerta hasta quitártela. Es algo un poco asqueroso, pero una vivencia que nunca voy a olvidar.

Y bueno, he intentado recordar lo que me pareció más interesante del viaje. Se que me habré olvidado muchas otras cosas destacables, como la deliciosa gastronomía. Recuerdo haber comido un cous-cous delicioso en Gafsa, y que no fuimos capaces de terminar porque era un plato enorme. 

Siento mucho el daño que el atentado terrorista va a hacer al turismo en Túnez, porque es un país muy interesante y cercano, y sus gentes me parecen encantadoras.

Y desde aquí quiero mostrar mi condena y mi pésame a las familias afectadas por esta tragedia.



27 junio 2014

Donde hacer fotos

Ayer recibí una grandísima noticia que me hace mucha ilusión compartir en el blog. A partir de ahora voy a colaborar con algunas de mis fotografías en la web www.dondehacerfotos.com

Se trata de una web para viajeros fotógrafos, donde se pretende buscar lugares interesantes para fotografiar, dando además una serie de consejos prácticos como qué equipo llevar, o qué tipo de ropa, o destacar alguna circunstancia especial de cada fotositio.

Creo que es una propuesta muy interesante y novedosa, con fotografías de gran calidad que nos hagan disfrutar desde casa e inspirarnos para preparar nuestro próximo viaje.

Mi debut en la web es con una foto del pueblo asturiano de Lastres, una auténtica joya. Os invito a descubrirlo: http://dondehacerfotos.com/mirador-de-san-roque/

22 junio 2014

Nueva exposición colectiva

Para todo aquel que no pudo ver la última exposición colectiva del grupo Fotógrafos de Valladolid, hay una nueva oportunidad a partir del martes 24 de junio y hasta el próximo 7 de julio de 2014.
 
El lugar es el Bar Nuevo Manjarrés, en la Plaza de Santa Cruz de Valladolid.
 
La exposición consta de 40 fotografías realizadas por diferentes lugares del mundo.



 

31 marzo 2014

Próxima exposición colectiva: "Viajes"

A partir del día 1 de Abril y hasta el día 14 se podrá ver esta exposición en el Centro Cívico Esgueva de Valladolid, en la calle Madre de Dios nº 20.
 
Participo con una fotografía de Salar de Uyuni (Bolivia), junto con 36 fotógrafos del grupo Fotógrafos de Valladolid en Flickr.
 
La inauguración es el día 3 de Abril a las 19:00 horas y estarán presentes varios fotógrafos participantes. Yo no voy a poder asistir, pero me pasaré la próxima semana por allí.

 
Fotografía de Luis González y diseño de Antonio Torres.


16 marzo 2014

II Rally fotográfico "Valladolid: la igualdad en un click"

El pasado viernes 14 de marzo asistí a la entrega de premios de este concurso fotográfico que se celebra en mi ciudad. Me gusta ir a este tipo de eventos porque entro en contacto con gente de la fotografía, y especialmente porque veo a compañeros del grupo de Fotógrafos de Valladolid en Flickr, donde hay buenísima gente.

Después de la entrega de premios se inauguró una exposición con las 30 mejores fotografías del concurso, y tengo la tremenda satisfacción de tener expuestas las 3 fotografías que presenté.


¿Niño o niña?
¿Niño o niña?
 
La pareja
La pareja
 
 
Cambio de zapatos
Cambio de zapatos
 
La exposición de puede visitar en el Centro Cívico José Luis Mosquera de Valladolid, situado en la calle Pío del Río Hortega nº 13.

Os dejo un enlace con la noticia que aparece en el Norte de Castilla: Miradas para la reflexión.


Tengo que agradecer especialmente a Cristina sus buenas ideas y toda su paciencia y colaboración para hacer las fotos :)


09 marzo 2014

Tertulia fotográfica

El próximo jueves 13 de marzo de 2014, dentro del programa "Jueves fotográficos" organizado por la Asociación Fotográfica Vallisoletana, tengo el gusto de participar en una tertulia titulada "Reportaje", donde hablaré sobre la fotografía de viajes entendida desde un punto de vista diferente, donde el fotógrafo viaja con un presupuesto bajo y un equipo reducido. Me centraré en mi experiencia como fotógrafo mochilero durante mi estancia en Sudamérica en 2010 y 2011.

 
Os espero en el Centro Cívico de la Zona Sur de Valladolid, Plaza Juan de Austria nº11, junto a El Corte Ingés del Pº Zorrilla.


09 marzo 2013

Audiovisual "Un viaje por América del Sur"

Dentro del programa de Jueves Fotográficos 2013, organizado por la Asociación Fotográfica Vallisoletana, el pasado 7 de Marzo fue proyectado el audiovisual "Un viaje por América del Sur", con fotografías realizadas durante el viaje que hice en solitario durante casi 6 meses por Argentina, Chile, Bolivia y Perú.

Fué un placer encontrarme con un montón de caras conocidas, y se que otras muchas no pudieron asistir. Por eso he abierto esta entrada para que todos podais disfrutar desde casa de este resumen de 6 meses de viaje en 240 fotografías.


No es aconsejable verlo a pantalla completa porque se pixela, pero se ve bien a tamaño mediano, y es recomendable ponerlo en HD. La duración es de 23 minutos, así que conviene verlo con calma para poder disfrutarlo.
 

22 abril 2012

Un año después...

¡Cómo pasa el tiempo! No me puedo creer que haya pasado un año desde que regresé de Buenos Aires. Un año sin escribir. Parece que desaparecí sin despedirme, pero lo cierto es que hasta hoy no me he atrevido a enfrentarme al teclado, quizás porque ya no tengo aventuras viajeras que contar, al menos de momento.
Así que me toca vivir de los recuerdos, de aquel viaje que nunca olvidaré, de los amigos que hice durante los seis meses que duró, y de todas las venturas y desventuras que me tocó vivir en solitario.

Al regresar, y gracias a un buen amigo que se interesó muchísimo por el viaje, me hicieron algunas entrevistas, algo que jamás me hubiera imaginado. Por unos días sentí que había hecho algo bonito, algo que le gustaba a la gente, y que despertaba cierta admiración. Se publicó en internet una entrevista, e incluso me llamaron de la televisión para hablar un poco de mi aventura, algo que tampoco podía imaginar el día que agarré la mochila y me fuí a Sudamérica.



Aún hoy no me creo que me atreviese a ir a la televisión, pero gracias al viaje superé muchos miedos, y por unos meses me sentía capaz de cualquier cosa.

En Junio de 2011 participé con una fotografía de las Cataratas de Iguazú en una exposición colectiva con algunos compañeros del grupo Fotógrafos de Valladolid, y meses después, en Octubre, realicé mi primera exposición fotográfica en solitario, titulada "Paisajes de América del Sur".

Además, he recibido varias peticiones para utilizar fotografías que hice durante el viaje en algunas publicaciones, tanto en internet como en papel. Una de ellas aparece en la portada de una novela:

Recientemente también he participado en el II Maratón Audiovisual Ciudad de Valladolid, donde se proyectó "Viaje soñado", una serie de más de cien fotografías sobre el viaje, y que muy pronto espero mostrar en este blog.


Gracias a esto, parece que de alguna manera el viaje continúa, aunque un año después mi vida haya cambiado por completo. Vuelvo a estar en mi ciudad, con mi gente, donde ahora siento que me corresponde estar. Muchos viajeros hablan del trauma que supone el regreso, del golpe que te llevas al volver a tu "vida normal". Para mi todo fue muy sencillo y agradable, y por suerte no me costó nada volver, sobre todo porque tenía muchas ganas de abrazar a mi gente, y de demostrar cosas que quizás hasta antes del viaje nunca me atreví a hacer.


El regreso no es dificil. Los que te quieren te facilitan las cosas, y es mejor dejarse llevar por ellos, que por la excesiva negatividad que respiré en España a mi regreso. Todo crisis, dramas, lamentos... y yo que veía todo casi perfecto. Será porque muchas veces aquí nos quejamos de vicio, o porque he visto lugares verdaderamente jodidos, y esto a su lado parece una broma.

Lo cierto es que cuatro meses después de regresar conseguí un trabajo en una fábrica de coches. Para los tiempos que corren, tuve suerte. Aunque sinceramente, ahí comenzó lo jodido del regreso: un trabajo duro, muy físico, muy estresante, y con unos horarios largos e inflexibles. Nada que ver con lo que había estado viviendo hasta entonces. Y sigo en ello, aunque reconozco que lo llevo mal, y que no consigo adaptarme, pero es lo que hay.

Cuando tengo un mal día, de esos que te dan ganas de mandar todo a la mierda, intento recordar algún momento de aquel viaje, y  vuelvo a verme con la mochila a la espalda, en uno de esos paisajes inolvidables de la Patagonia o del Altiplano Boliviano, y aunque esté en una fábrica fea y ruidosa, sonrío y sueño con volver allí algún día, aunque sea mucho tiempo después.
Atardecer en Tierra del Fuego

Dedicado a Antonio Torres, gran fotógrafo y viajero, y sobre todo un buen amigo.

25 abril 2011

Buenos Aires y el fin del viaje

El viaje desde Puerto Iguazú a Buenos Aires fué bastante cómodo, a pesar de las 20 horas de bus. Al llegar a la terminal de Retiro a las 8:00 me estaba esperando Lorenzo, el amigo italiano con el que compartí una semana de viaje en Mendoza, Valparaiso y Santiago de Chile. La idea era pasar unos días con Lorenzo hasta su despedida, y quizás visitar Uruguay, pero he estado tan ocupado en Buenos Aires que olvidé todo lo demás.

Los primeros días fueron de una actividad intensa, visitando algunos lugares típicos de la gran ciudad, como el cementerio de Recoleta, San Telmo, Puerto Madero o la Plaza de Mayo. Me he sentido muy cómodo en esta segunda visita a Buenos Aires, y pasear por las calles de Microcentro era casi como estar en casa. Además he estado muy bien acompañado, y he conocido muchísima gente nueva, sobre todo en el hostel donde estaba alojado con Lorenzo.
Pinturas
Cementerio Recoleta
Cementerio de Recoleta
Eva Perón
Tumba de Eva Perón, "Evita".
El domingo fuimos con una familia muy simpática a Tigre, a pocos kilómetros de Buenos Aires, donde ponen un mercado y se llena de gente. Creo que es un lugar tranquilo el resto de la semana, pero el domingo se llena de gente, sobre todo para hacer compras para la decoración de la casa, ya que hay muchas tiendas de este tipo. Hay un puerto en donde se puede tomar un barco que te lleva por el delta del río, y hay islas repletas de pequeños muelles y casas de recreo donde mucha gente pasa el fin de semana. Es un lugar bonito y tranquilo donde muchos porteños van a relajarse y descansar.
Parque de atracciones
Parque de atracciones en Tigre
Tráfico fluvial
Tigre
En el muelle
Con la familia de Dana y Lorenzo
Al día siguiente intenté cambiar el vuelo de regreso a España. Quería adelantarlo y dar una sorpresa a mi gente, y ya había hecho más intentos anteriormente, pero me pedían mucho dinero por adelantar la fecha tan solo unos días, y no estaba dispuesto a pagarlo. Y el lunes tampoco tuve suerte. Me mandaron un e-mail que me ilusionó mucho, pero finalmente me seguían pidiendo mucho dinero, así que me rendí.

Pero el martes, ya casi de rebote, conseguí un vuelo para el día 20 de Abril, llegando el 21 a casa. Tan solo se lo dije a dos personas, y me ha sido bastante dificil mantener el secreto. Así que el resto de mis días en Buenos Aires los pasé entretenido, e intentando no hablar mucho con la gente, porque eso de mentir se me da bastante mal, y casi meto la pata un par de veces, jeje.
Quedaban 7 días para regresar a casa después de un viaje tan largo, y tenía que aprovechar el tiempo, así que empecé a quedar con mis amigos porteños para cenar y despedirme, aunque estoy seguro de que volveremos a vernos algún día. Con Ariel y Magalí me encontré 3 días. Desde que nos conocimos en Bolivia he sentido muy buena conexión con ellos, y ahora siento que ya somos amigos para toda la vida.
MADRES 1
Madres de la plaza de Mayo, con la casa Rosada al fondo.
Uno de los momentos más emocionantes de todo el viaje lo viví el jueves con las Madres de la Plaza de Mayo. Fue un momento muy especial que recordaré toda mi vida. Todos los jueves se reunen a las 15:30 en la plaza para recordar a sus hijos desaparecidos durante la dictadura militar. Las mujeres ya son bastante mayores, pero siguen transmitiendo una fuerza y una energía especial, y a mi sinceramente me fue dificil contener las lágrimas en algunos momentos.
MADRES 7
MADRES 3
MADRES 5
Al final del encuentro dan un pequeño mitín donde se ponen al día de la situación política y las actividades que realiza su organización. Y no se cortan mucho si hay que llamar a las cosas por su nombre. Si que me resultó bastante sorprendente escuchar insultos hacia algunos políticos, aunque me pareció gracioso.
MADRES 6
Los últimos días los pasé muy entretenido, entre amigos, compras, comidas y cenas, muchas horas de charla y algunas fotografías que tenía pendientes. Y eso que en Buenos Aires me olvidé bastante de la cámara, en parte por estar entretenido con la gente, y en parte por la obsesión con la seguridad. A veces la gente te preocupa bastante con este tema, y quizás por la calle no tienes esa sensación de peligro, pero lo cierto es que he conocido a bastantes personas que han sufrido robos, y no me apetecía ser uno más.
Sifones
Sifones en el mercado de San Telmo
Mercado
Mercado del domingo en San Telmo.
Así que me despedí de Buenos Aires y de la República Argentina. También me despedí de todos los amigos que dejo allí, y de otros muchos de diferentes partes del mundo con los que seguramente vuelva a encontrarme algún día. Me marché feliz y satisfecho con esta última parte del viaje, diferente al resto, y que me deja un buen sabor de boca después de haberlo pasado un poco mal en el tramo final.

El regreso a España duró unas 20 horas que se me hicieron especialmente largas, pero todo se compensó al llegar a la estación de Valladolid y ver la cara sonriente de mi sobrino de 2 añitos, y a mi hermana y a mi novia... después de tanto tiempo, no puedo explicar lo feliz que me sentí al poder fundirnos en un abrazo.

Y el día continuó entre sorpresas, pues nadie más sabía que llegaba antes de tiempo, y fue muy divertido y emotivo reencontrarme con mis padres y algunos amigos. Ahora mi vida ha cambiado, el viaje ha sido como un antes y un después, y ahora tengo que replantearme muchas cosas y empezar desde cero a organizarme nuevamente, sin casa, sin coche y sin dinero. Si algo he aprendido durante el viaje, es que todo tiene remedio, y de nada vale preocuparse por lo que no sabemos, así que afrontaré mi futuro con ilusión, y con un único objetivo: ser feliz.

Puerto Madero
Puerto Madero al anochecer.

08 abril 2011

Misiones, de San Ignacio Mini a las Cataratas de Iguazú

Desde Posadas tomé un bus hacia San Ignacio, a una hora aproximadamente. Creo que ha sido el trayecto más corto en bus que he hecho en todo el viaje, jeje. Estaba muy animado, he recibido un montón de mensajes de apoyo de gente que ni conozco, y especialmente del grupo Fotógrafos de Valladolid, que me han ayudado muchísimo, así que muchísimas gracias a todos.

A llegar a San Ignacio me encontré con un pueblo muy tranquilo y agradable, de esos que me gustan a mi. Caminé durante casi una hora desde la carretera hacia el interior del pueblo, y en una de las calles me crucé con una pareja. Yo iba distraido, en mi estado natural, pensando en mis cosas, pero algo me resultó familiar. Al alejarse escuché hablar con acento andaluz, pero no le dí mayor importancia hasta más adelante. Empecé a pensar que podían ser Pablo y Elena, dos grandes viajeros españoles a los que sigo desde el principio de sus aventuras. Días después comprobé que eran ellos... ¡qué pena no habernos saludado!
Estancias
Ruinas de San Ignacio Mini
Claustro jesuita
Claustro Jesuita
Me alojé en una tranquila casita con habitaciones compartidas. En San Ignacio todo es tranquilo, por suerte. Por la tarde fui a ver la misión de San Ignacio Mini, la mejor conservada y restaurada de las decenas que hay en esta zona de Argentina, Paraguay y Brasil. Pasé allí más de dos horas, disfrutando del lugar, pues es una extenxión bastante importante donde puedes pasear con total libertad, y perderte entre las ruinas. Hay buena información sobre la historia de las misiones jesuítas y la importancia que tuvieron hasta la expulsión de la orden.
Ruinas de San Ignacio Mini
Fachada principal
Fachada principal del templo
Incluso se habla sobre la posibilidad de haber sido el germen del comunismo, y lo cierto es que si que tiene muchos puntos en común, y sin tanta teoría ni filosofía sobre el asunto. Los indígenas guaraníes son por naturaleza buena gente. Son pacíficos y respetuosos, y cuando los jesuitas llegaron a esta zona, se preocuparon por aprender su idioma, y en vez de esclavizarlos, les agruparon en estas misiones, que eran asentamientos pequeños en los que se hacían trabajos para el bien de la comunidad. Los indígenas eran (y siguen siendo) excelentes artesanos, y también fabricaban utensilios utilizados para los trabajos. Todo estaba perfectamente organizado y los jesuitas lo controlaban todo, incluso el que no tuvieran contacto con los europeos.
Escudo jesuita
Escudo de la Compañía de Jesús
El problema llegó con los bandeirantes, que venían del lado brasileño en busca de territorios y esclavos. Para afrontar este problema, no hubo más remedio que recurrir a las armas, y tanto jesuitas como guaraníes se pusieron manos a la obra y repelieron los ataques, casi siempre con éxito. Lamentablemente todos los esfuerzos para contruir y conservar estas misiones quedaron en el olvido. Los jesuitas fueron expulsados, y los franciscanos se hicieron cargo de estas misiones. Los franciscanos no eran respetuosos con la cultura guaraní, y los indígenas prefirieron regresar a su vida nómada antes que ser esclavos o títeres, ¡ole sus cojones!  Aún hoy hay comunidades que viven de forma tradicional en medio de la selva.
Detalle de relieve
Interior del templo misional
Interior del templo
Salí muy satisfecho de esta visita, y me hubiera gustado hacer otra visita nocturna que parece ser espectacular, pero ya llego al final del viaje con la cartera temblando, y tengo que ir haciendo ajustes y recortando gastos de donde sea. La entrada para extranjeros cuesta 50 pesos, y con eso me pago una noche de albergue.
Rio Paraná
Río Paraná, al otro lado Paraguay.
Playa en el Paraná
Playa fluvial, aqui parece un río normal, pero es enorme.
Al día siguiente alquilé una bicicleta y me fuí al parque provincial Teyú Cuaré, a unos 10 kilómetros de San Ignacio. Es un lugar muy tranquilo, quizás demasiado, pues solo vi al guardaparques en toda la mañana. Dejé la bici e hice una ruta a pie de menos de dos horas, llegando a una zona de acantilados sobre el río Paraná, y a una playa muy agradable donde estaba completamente solo. En este lugar se refugió un nazi después de la guerra, no era listo ni nada. Vino a un sitio parecido al paraiso, se hizo su casa de piedra, y vivió aquí durante siete años antes de ser arrestado. En esta casa que hoy se traga la selva me pegué un buen susto. Un animal bastante grande que no conseguí ver se movía mucho entre la vegetación, y aunque no creo que fuera peligroso, preferí alejarme, porque estaba completamente solo.
Sendero en la selva
Sendero en Teyú Cuaré
Después volví a subir a la bici, ya bastante cansado, y regresé a San Ignacio bajo un sol abrasador. Llegué agotado por el calor, y decidí tomarme la tarde de descanso, charlando con mi compañero de habitación, Tomás, un francés muy simpático con el que comparto muchos pensamientos, y que se suma a la larga lista de amigos que estoy haciendo durante el viaje.

A la mañana siguiente tomé un bus hasta Puerto Iguazú, un paseo de cuatro horas por una carretera asfaltada, una bendición a estas alturas. Pasé la tarde tranquilo, intentando relajarme y sentir que estoy de vacaciones, que a veces es dificil por la cantidad de cosas que tengo que hacer. Me informé sobre la visita a las cataratas de Iguazú y otras opciones que me interesan. En Puerto Iguazú la oferta turística es amplísima, pudiendo pasar a Brasil o a Paraguay, que están practicamente a tiro de piedra. De hecho hay un lugar llamado Hito tres fronteras, desde donde se ven los otros dos paises.
Tres fronteras
Desde el Hito 3 fronteras, a la izquierda Paraguay, al frente a la derecha se ve Brasil, y la foto está hecha desde Argentina.
El día 5 de Abril no lo olvidaré en mi vida, pues cumplí un gran sueño. Me levanté y tomé un bus al Parque Nacional Iguazú, a unos 20 km. de Puerto Iguazú. La entrada cuesta 100 pesos, y aunque al principio te parece caro, cuando comienzas a ver los primeros saltos de agua, te parece un precio correcto, incluso económico. La sensación que se tiene al visitar las cataratas de Iguazú es indescriptible e incomparable. Yo que estoy acostumbrado a ver pequeños saltos de agua, me quedé paralizado al principio (y eran los saltos normalitos). Cuando empecé a caminar por las pasarelas creo que mi cara era la de un niño con zapatos nuevos. Estaba maravillado, y por mucho que quiera explicar lo que sentía, no puedo. Es imposible. Es de tal grandeza que no se puede describir con palabras ni con fotografías.
Cataratas y arcoiris
Las maravillosas Cataratas de Iguazú.

Cataratas de Iguazú
Millones de litros de agua caen desde lo alto hacia un abismo blanquecino, levantando cortinas de agua que se elevan varios metros sobre el río, y que, por supuesto, te empapan en algunos tramos.
Cataratas de Iguazú
Bajo el agua
Lo más bestial de todo es ver la Garganta del Diablo. Mira que hay sitios que se llaman así, pero este se lleva la palma. Hay una pasarela que atraviesa el ancho río Iguazú desde la costa argentina hacia un punto intermedio, frontera natural entre Argentina y Brasil. Una nube que parece ser humo, se ve a lo lejos. En realidad es el agua pulverizada que se eleva a decenas de metros de altura y se hace visible desde varios kilómetros de distancia. Cuando llegas al pie de la Garganta del Infierno el ruido es atronador, y el agua te empapa completamente.

Pasarela sobre el río Iguazú

Garganta del Diablo
Garganta del Diablo
Es un sitio que te deja sin palabras: brutal, bestial, acojonante, salvaje, espeluznante, irreal... ninguna describe con exactitud lo que sentí ante tal grandeza. Siempre pensé que la naturaleza es lo más poderoso del mundo, y ahora más que nunca, lo ratifico.
La 88
La 88
Para completar el espectáculo, el Parque Nacional estaba lleno de mariposas de todos los colores, y también pude ver a los graciosos coatíes, un animal que esta a mitad de camino entre el oso hormiguero y el mapache. También vi unas urracas bastante llamativas y ruidosas, y unas arañas bien feas y tremendamente grandes.
Urraca
Urraca
Mariposa
Coaties
Coaties
Mariposa
Mariposa
Regresé a Puerto Iguazú con una sensación de satisfacción inimaginable. Todo lo que había soñado y lo que me había imaginado durante tantos años se quedó pequeño. Las cataratas de Iguazú son el lugar que más me ha impresionado en mi vida. No conozco mucho del mundo, pero llevo cinco meses viajando, viendo lugares increibles, y en ninguno he sentido lo que aquí. También influye que es Abril, un mes donde el agua baja con mucha fuerza, y creo que impresiona mucho más.
Salto San Martín
Segundos después la lancha se adentró en donde no se ve absolutamente nada...
El día siguiente me lo tomé de relax. Me encontraba muy cansado. En Misiones hace muchísimo calor, y es llevadero mientras estás en la selva, entre la vegetación, pero salir al sol es una locura. Pasé el día descansando y pensando qué hacer con el viaje. A estas alturas y sin planes, jeje. Tengo la idea de ir a Uruguay, y tengo muchísimas opciones, desde ir por Brasil hacia la costa atlántica, o llegar por las fronteras del río Uruguay, o acceder desde Buenos Aires.

Hoy lo he dedicado a visitar las cercanas minas de Wanda, unos 30 km. al sur de Puerto Iguazú. Se tarda una hora en bus, y es un desplazamiento cómodo para volver en el día. Me bajé en la carretera y tuve que caminar unos 2 km. para llegar a la mina Tierra Colorada. Llevo coleccionando minerales desde siempre, quizás comencé con 6 ó 7 años, y visitar un lugar así me resultó muy interesnate. La estrella de la mina es la Amatista Imperial, con ejemplares enormes y de gran calidad. Ya por el camino pude comprobar que das una patada y sale cuarzo por todas partes, pero al llegar a la mina es impresionante. También hay ágatas de varios colores, y cuarzos con diferentes coloraciones.
Geoda en la roca
Preciosa geoda de amatista
Compré varios ejemplares para mi colección, y caminé los 2 km. que me separaban de la carretera bajo un sol abrasador. Y me toco esperar al bus durante 15 minutos en plena ruta, a las 13:00. Así que llegué a Puerto Iguazú con sed y hambre, y me fui directamente a comer. He pasado la tarde tranquilo, y ya he decidido hacia donde ir. He comprado billete a Buenos Aires para mañana. Son 20 horas de viaje, y llegaré el sabado. Me voy cansado pero con los deberes hechos. He cumplido mi sueño desde niño.