07 octubre 2006

El Valle Sagrado (2ª parte)

¡Vaya palizón! Como siempre, mereció la pena, pero estoy machacado. Madrugamos para ir a otra parte del Valle Sagrado. Después del bus tuvimos que coger un taxi a Maras. Ibamos 10 personas, jaja. Según avanzabamos aparecen dos niñas al pie de la carretera... ¡hay que cogerlas! Yo flipo, y para mi asombro las niñas encontraron un hueco, y encima no ibamos del todo mal, jeje, de record Guiness.
Primero fuimos al yacimiento de Moray, que son unos preciosos bancales o cultivos en terrazas en forma circular, completamente perfectos, lo mas parecido a un anfiteatro o a una plaza de toros. Los incas sembraban diferentes cultivos en los diferentes niveles para experimentar. Cada nivel tiene como su pequeño microclima, y asi sabían lo mas conveniente para cada fruto, no eran listos ni nada.
Después comenzamos a caminar por los campos de cultivo donde siembran trigo y lo siegan con hoz. Fuimos hacia el pueblito llamado Maras, con sus casas de adobe y algunas portadas de piedra muy bien tallada. Era el patrón del pueblo, y estaban en fiestas, con petardos y atracciones en la plaza. Dimos una vuelta, me compre unos bizcochos artesanos y seguimos de camino a las salinas de Maras, nuestro próximo objetivo. Todo esto a pie por lugares con mucho encanto, que para eso estamos en los Andes. El nevado Verónica es el más alto (5.800 metros), y de vez en cuando se dejaba ver entre las nubes que amenazaban lluvia.
Después de un camino bastante jodido y en continua bajada, muy pronunciada y pedregosa, llegamos a un lugar de cuento, las Salinas. Creo que es el sitio más impactante de los que voy a visitar, por encima de Machu Picchu, pues parece algo increible, encontrar en un valle de color arcilloso un paisaje completamente blanco, como nevado. El agua sale de un manantial medio caliente, y los incas crearon una serie de pequeñas piscinas unas debajo de otras por las que canalizan el agua, luego las cierran y hacen que este se evapore en un mes, consiguiendo la sal. Actualmente siguen produciendo a pleno rendimiento, y menos mal que tengo fotos para demostrar que esto es la leche.
Después de recorrer las salinas y hacer fotos, seguimos descendiendo a pie hacia el río Urubamba que veíamos al fondo del valle. Es el río que pasa por debajo de Machu Picchu, y que más tarde desemboca en el Amazonas. Tuvimos que cruzar por un puente colgante de tablas medio descuadradas que daba bastante medio, pues se movia para todos lados. Mi sorpresa fué mayor al llegar al otro extremo y ver a un coche esperando para cruzarlo... yo me piré, no quise verlo, jaja.
Finalmente, tras un palizón, llegamos a la carretera, donde cogimos una "combi" a Urubamba, y desde allí, un bus a Chinchero, un pueblo precioso y muy tranquilo a 3.800 metros, todo un desafio ascender por sus calles escalonadas. Pero todo esfuerzo merece su recompensa, y arriba tiene una plaza magnífica, con arquitectura inca y española. Tiene la mejor iglesia que he visto en Perú, al menos por dentro, completamente decorada con pinturas, hasta el humilde techo de madera, que era lo más bonito. Además está donde antes estaba el palacio del Inca, y se conservan muchos restos, terrazas, rocas sagradas que representaban dioses... una guía nos comentó bien todo. El sitio esta un poco apartado, es muy tranquilo, y parece que la gente no vende mucho, así que los niños te persiguen, se meten en medio ofreciendote pulseras y muñequitos, con una vocecita que joder... que mal lo he pasado. Compré 2 muñequitos muy graciosos, pero mi mochila va a estallar, y me queda mucho por recorrer. Es una pena muy grande, pero yo no voy a arreglar nada.
Finalmente cogimos una moderna furgoneta que nos trajo a Cuzco, y he hecho unas fotos de paisajes montañosos al atardecer muy guapas, y también de la Luna, que cuando llegamos a Cuzco se veia enorme. Ahora cenar y descansar, que bien merecido lo tenemos. Fiore hoy me ha aguantado a duras penas, pues no esta muy acostumbrada a caminar, y pensé que moriría por el camino, jeje. Pero ha aguantado la tia.
Y una cosa más. El viaje más económico al pie de Machu Picchu me vale 40 euros, un atraco. Con ese dinero me doy la vuelta al Perú y me sobra pasta, asi que he decidido que voy a ir a la aventura, pues hay una opcion alternativa que sabe poca gente. Lleva muchas horas de bus y luego caminar, pero me jode pagar ese dinero, cuando por una cuarta parte me voy de aquí a Lima, que esta mil kilómetros mas lejos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que pasa loko. Tu di que si no te engañen con la pasta que luego cuesta mucho ganarla y es mejor comprar un pequeño muñeco y que le sirva a aguien para comer una semana que pagarte un viaje con todas las comodidades. Pues nada majo que mola mucho leer tus aventuras y disfruta mucho del viaje. Venga señor

Anónimo dijo...
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