29 noviembre 2010

La ruta 40

La RN40 es la carretera que cruza Argentina de norte a sur, desde la frontera con Bolivia hasta la provincia de Santa Cruz. Tiene aires de leyenda, y es considerada una ruta mítica por viajeros que quieren experimentar grandes desafíos. La recorren moteros intrépidos y algunos ciclistas que yo creo que están un poco locos.


Cabeza de vaca

Estos días pasados he tenido la suerte de recorrer gran parte de la ruta 40 en su parte patagónica, seguramente la más complicada. He viajado por la RN40 desde que abandoné la isla de Tierra del Fuego. Algunos tramos son de piedra suelta, donde los buses no pueden pasar de 10 ó 15 km/h. En otros se puede ir más rápido, hasta 80 km/h, aunque da bastante miedo. Mucha gente se ha dejado la vida aquí.

El trayecto de estos últimos días ha sido desde El Chaltén hasta Esquel, desde donde escribo. El sábado tuve la suerte de viajar en el mejor asiento del bus, junto a los chóferes. Además de disfrutar de muy buenas vistas, también disfruté de una agradable charla con ellos, y vi lo dificil que es conducir en estos caminos. Y eso que pillamos un día de sol y sin mucho viento.

Paisaje patagonico

 
El chofer más loco y simpático me contó algunas anécdotas. Llevaban 13 días seguidos de trabajo, unas 14 horas diarias. Me quedé sorprendido al saber que estaba contemplando los parajes donde se filmó "Caballos salvajes", una de mis películas favoritas (gracias Cesar). También me contó que hay un tramo, cerca de Bajo Caracoles, donde ocurren cosas extrañas, creen que por algún magnetismo, y también ha habido avistamientos de ovnis y cosas paranormales, pero eso se lo dejamos a Iker Jimenez y sus amigos.
RN40


La ruta 40 no es ninguna broma. Durante horas de viaje recorriendo cientos de kilómetros por caminos polvorientos, no hay signo alguno de presencia humana. Ni una casa, ni un taller o gasolinera...ni un solo árbol. Es la nada más absoluta. Puedes estar una hora sin cruzarte con nadie, así que cuando se encuentran con otro conductor, siempre se saludan con algún gesto, y si hay alguien parado, ponen el pulgar hacia arriba para saber que todo está bien. El teléfono no sirve para nada y no hay asistencia en carretera, así que estos conductores arreglan todo lo que surja en el camino. Como ocurrió el sabado, que a las tres horas nos quedamos sin frenos, y perdimos una hora, y más tarde se rompió un conducto de gasoil... Pero llegamos, que es lo que cuenta. Y al menos no les salió medio techo volando como les ocurrió un día de vientos fuertes.
Ruta 40 al atardecer

Tras 12 horas de viaje llegamos a una pequeña ciudad llamada Perito Moreno, donde dormí, y volví a madrugar para tomar el bus que me trajo a Esquel, en un viaje mucho más cómodo. Me dejaron en una rotonda junto a un chico argentino, y tomamos un remis (taxi) hasta el centro de la ciudad.

Esta tarde me he estado informando. Quiero visitar el Parque Nacional Los Alerces, a 50 km. de aquí, pero no hay transporte todos los días, así que quizás me tengo que quedar hasta el miércoles esperando. Parece una ciudad bastante tranquila, y sobre todo, barata. Comparando los precios con El Calafate, hay cosas que valen una quinta parte, increible pero cierto.

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