19 noviembre 2010

Puerto Natales y el Parque Nacional Torres del Paine

Anoche llegué a Puerto Natales desde el P.N. Torres del Paine y todavía estoy flipando. Pero voy a empezar desde el principio, cuando salí de Ushuaia hacia aquí, en la Patagonia chilena. Voy a dar información y precios para quien esté interesado en visitar el Parque Nacional Torres del Paine, y la ruta de la W, que es la que yo hice.
El viaje en bus desde Ushuaia a Puerto Natales (230 pesos) me llevó 14 horas. Fue bastante aburrido, con mucho tiempo perdido en los trámites fronterizos. Además tuve que tirar algo de comida que traía, pues no permiten el paso de alimentos, o te pueden sancionar. Allí en la frontera conocí a Jose y Dunia, una pareja de Barcelona que viajaban en el mismo bus. Durante los próximos días ibamos a coincidir en la misma ruta.

El bus tuvo que cruzar el Estrecho de Magallanes en un ferry. Fue lo mejor del viaje. Los delfines iban pegados al barco, dando saltos. El día estaba despejado y fue muy bonito.

Delfines en el Estrecho de Magallanes
Delfines en el Estrecho de Magallanes

El resto del viaje fue monótono, con enormes terrenos de granjas, que aquí llaman "estancias", viendo miles de ovejas, vacas, caballos, algun zorro, ñandús, guanacos, flamencos... Finalmente llegué a Puerto Natales de noche. Ignorante de mi, vine sin conocer el cambio del peso chileno a euro, así que entre en el primer albergue que encontré, y al pedir precio, me quedé asustado: 7000 pesosa chilenos. Le pedí amablemente a la mujer que me lo cambiara a euros, y son como 10. Eso está mucho mejor. Me quedo.
Desde Puerto Natales
Vistas desde Puerto Natales

Y en ese albergue pasé dos noches, donde conocí a dos locos, Carlos y Carlos, que vienen desde Colombia viajando por toda Sudamérica en tan solo mes y medio, ¡unos cracks!

Al día siguiente, domingo, intenté relajarme, descansar, y preparar las cosas para visitar el parque. Me esperaban cuatro días de aventura entre montañas impresionantes.

El lunes temprano salí hacia Torres del Paine en bus (15.000 pesos chilenos, i/v.). Llegué en poco más de una hora, pagué la entrada al parque (15.000 pesos) y a continuación tome un microbus (2500 pesos) hasta el inicio de la ruta de la W, en la hosteria las Torres. Allí coincidí nuevamente con Jose y Dunia, con los que acabé compartiendo muy buenos momentos. Han sido casi como mi familia acá durante estos días. He aprendido mucho, pues son grandes viajeros y muy buena gente. 

Al fin comencé la ruta. El primer día fue el más suave, con un ascenso de unos 10 km. que se hacen en 3 horas. Aún así me costó un poco, porque he venido bajo de forma.
Ascenso al mirador de las Torres
Ascenso al mirador Las Torres

En el campamento Torres (gratuito) instalé la tienda, y pude comer y descansar. Por la tarde iba a ascender otros 45 minutos para cumplir uno de los grandes objetivos de mi viaje: contemplar las Torres del Paine.

Y así lo hice, tras una buena siesta, que se alargó más de la cuenta, comencé la subida, algo dura, por pedregales, pero bien señalizado. Al llegar al mirador de las Torres me quedé impresionado. Tres inmensos bloques de granito cuyas cumbres apenas podían verse por las nubes. Es algo que no se puede imaginar, parece irreal, sobre todo la torre central, que me puso los pelos de punta cuando pude ver su cumbre. Es como el Naranjo de Bulnes (pico Urriellu) en Asturias, pero a lo bestia.
Torres del Paine
Torres del Paine

A los pies de las Torres hay un glaciar que lo hace aún más espectacular. Su deshielo forma un lago más abajo de aguas de color turquesa, así que el conjunto al completo lo hacen un lugar dificil de describir con palabras. Allí estaba yo solo, contemplando boquiabierto las gigantescas y majestuosos Torres del Paine, satisfecho por haber cumplido un sueño.
Un sueño cumplido
Un sueño cumplido

Bajé tranquilo, emocionado, muy feliz. Esa noche, cansado, dormí como un niño. Y la mañana siguiente, martes, me levanté a las 6:15 con la intención de subir de nuevo al mirador de las Torres, para verlas con la luz de la mañana, que es cuando dicen que son más vistosas aún. Pero el día estaba muy nublado, y se me quitaron las ganas de hacer un esfuerzo para nada. Me quedé un poco triste, pero se me pasó rápido. Dunia me dijo que había un zorro patagónico merodeando por el campamento. Allí estaba entre las tiendas de campaña. Así que agarré la camara y fuí en su busqueda. Y lo encontré.
Zorro patagónico
Zorro patagónico

Tras esto recogí el campamento y sobre las 8:00 estaba en ruta hacia el próximo destino: el campamento italiano (gratuito). En total unos 25 km. con la mochila a cuestas. El primer tramo fue un descenso sencillo. Hice un breve descanso y retomé el camino en compañía de los amigos de Barcelona. La ruta fue preciosa, con un paisaje impresionante dominado por el lago Nordenskjold (si, estoy en Chile, jeje) de aguas color turquesa. Una ligera lluvia intermitente nos acompañó durante el trayecto.
Lago Nordenskjold
Lago Nordenskjold

Tras unos 20 km. empezaron a faltarme las fuerzas. estaba muy cansado, así que busqué un lugar con buenas vistas donde parar a comer. Mis amigos continuaron el camino.
En la ruta "W"
En ruta por la "W"

Apenas tardé 20 minutos en reiniciar la marcha, cuando vino un viento repentino muy violento y molesto, acompañado de lluvia. Me quedé sorprendido, así que aceleré el paso a pesar del cansancio. La mochila me pesaba horrores. La última media hora se me hizo interminable. Las pasé más putas que en vendimias. llovía con fuerza y el viento era muy molesto. Llegué al campamento agotado y empapado en sudor y lluvia. Y en esas condiciones tuve que montar la tienda, de mala manera, con mucho frio, para ponerme ropa seca urgentemente.

Me metí en el saco para entrar en calor, pero ya había tenido un enfriamiento, y empecé a estornudar. Agarré el segundo resfriado en tan solo 15 días, de record...

En esos momentos tuve pensamientos malos. Estaba cabreado y bastante jodido. "Con lo bien que se está en casa calentito" pensaba. Para pasar ese mal rato, me hice una sopa bien caliente que me supo a gloria y me sentó de maravilla. Al rato empecé a verlo todo de forma más positiva.

Tras 9 horas de caminata, esa noche volví a dormir como un niño, aunque los árboles hacían mucho ruido por el fuerte viento, y de vez en cuando se escuchaban estruendos en mitad de la noche. Eran los desprendimientos de los glaciares que estaban valle arriba.
Desprendimiento en el glaciar Francés
Desprendimiento del glaciar Francés

El miércoles, pese al resfriado, me levanté a las 7:15 con fuerza. Ascendí por el valle Francés durante 3 horas, sin peso, salvando un desnivel importante, de más de 800 metros. Por el camino había glaciares, y tuve la suerte de contemplar un desprendimiento. Es algo espectacular y que produce un sonido atronador.

Desde el mirador del Valle Francés se contempla un paisaje montañoso bestial. Es como un enorme circo casi cerrado por completo con gigantescas montañas que parecen dientes de sierra y glaciares a sus pies. Los Cuernos del Paine quizás son los picos más espectaculares, pero la panorámica completa es  alucinante. Además, al fondo del valle se contemplan las aguas turquesas del lago de nombre tan chungo.
Mirador del Valle Francés
Valle Francés

En 2 horas bajé del mirador, recogí el campamento y me puse de nuevo en marcha hacia el camping Pehoe (4.500 pesos) Fueron 2 horas de agradable paseo, bordeando el lago Skottsberg, este más pequeño y de aguas oscuras. En total completé 23 km. muy bien llevados.
Lago Skottsberg y Cuernos del Paine
Lago Skottsberg y Cuernos del Paine

Después de 3 días sin ver una ducha, llegar a un camping con servicios fue como un premio. Me pareció un lujo a estas alturas, me sentó genial. El camping estaba bien, aunque había bastante gente. Por la noche me quedé charlando con Jose y Dunia a la luz de la luna que iluminaba los Cuernos del Paine, una imagen de postal.
Cuernos del Paine al anochecer
Cuernos del Paine al anochecer

A la mañana siguiente, jueves, los gilipollas de al lado me despertaron muy pronto. Me levanté a las 6:00 algo cabreado y sobre las 7:30 me puse en marcha hacia el glaciar Grey. En el camino me encontré por última vez con los amigos en un mirador. Nos deseamos suerte mutuamente y nos despedimos.
Lago Grey con icebergs
Lago Grey


Tras 11 km bordeando el lago Grey, salpicado de icebergs, por un sendero rompepiernas que me dejó bastante cansado, llegué al mirador del glaciar. ¡En mi vida había visto nada igual! Es como una gigantesca montaña de hielo que se desparrama y arrastra todo lo que encuentra a su paso. Había un barco navegando cerca, y parecía de juguete al lado de aquella mole congelada. El glaciar tiene dos lenguas, una de 3 km. de frente, y otro frente de 1 km. ¡Es bestial! Es la primera vez que veo un glaciar de estas dimensiones. Tiene colores azulados preciosos, y sus desprendimientos provocan que en el lago floten decenas de icebergs.
Glaciar Grey
Glaciar Grey

En aquel mirador el viento soplaba con mucha violencia, y era bastante frío, así que me puse en marcha, de regreso hacia el camping. El camino de vuelta fue malo. El día se puso muy feo, con vientos fortísimos que casi me tiran al suelo varias veces. Parece que exagero, pero vi como el agua de una laguna era arrancado literalmente de su lecho por el fuerte viento. Y para completar el paseo, empezó a llover. Ya me esperaba lo peor, así que aceleré el paso y llegué al camping. Me metí en la tienda a descansar, calentarme y esperar a que pasara el temporal. A la hora salió un sol espectacular, dejé que se secara todo y recogí el campamento por última vez.

A las 18:30 tome un catamarán (11.000 pesos) hacia Guardería Pudeto, atravesando el lago Pehoe, de aguas turquesas. El día estaba feísimo otra vez, con lluvia y viento, así que no pude disfrutar mucho del paso en barco. Aún así pude contemplar por unos segundos el Salto Grande, una cascada no muy alta pero con un caudal bestial, como casi todo en este parque, a lo grande.
Lago Pehoe
Lago Pehoe
Finalmente llegué a mi destino, donde tomé un bus que me llevó de vuelta a Puerto Natales, desde donde escribo estas lineas mientras sigo maravillado con todo lo vivido estos días pasados.

Hoy voy a recuperar fuerzas, y mañana sábado viajaré a El Calafate, pasando nuevamente a Argentina, para ver el glaciar Perito Moreno y otras maravillas de la zona. Próximamente más noticias.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Brutal idolo !!! vaya fotones asi que estar ahi debe ser impresionante. Y no se puede ir en coche????? jajajaja joe son una pasada los sitios. Ten cuidado no te gastes ahora 7000 pesos en argentina jajajaj iiuuuuuuuuuuuuuuu

sheyla dijo...

eyy tio eres un grande vaya pedazo de lugares n los q stas ,kuidate y muxa suerteeee.

Yiyi dijo...

Ese Diegao!! Sólo se puede decir que ¡impresionante! Ánimo para esos momentos más duros y a disfrutar de los buenos, que como nos relatas son muchos más y mucho mejores!! Un abrazo fuerte!!

Anónimo dijo...

Joder Diego, pense que ibas para un par de semanas pero estos viajes son los que merecen la pena.

... con dos cojones. Te envidio. Estaremos pendientes de tu blog.

F.C.D.

Capitan Sardina dijo...

Que pasa idolo de masas, cuando regreses te va a tocar escribir un libro con las experiencias, jeje. Tio las fotos una pasada, xo tengo curiosidad de verte la tienda de campaña y la mochila, asi que aa ver si en alguna las sacas, jaja. Para que nos enseñes tu pequeña casa portatil.
Cuidate mucho tio.
Tu fiel seguidor...
PD. Anota todo en un diario que no es broma lo del libro, que tu narrativa engancha.

Victoria dijo...

Enhorabuena por tu viaje! Hemos pasado por aquí y recomendado tu blog en Diario del Viajero: Compañeros de ruta. Sigue así. Saludos!