14 noviembre 2010

Parque Nacional Tierra del Fuego

Según dicen, es el primer parque nacional costero de Argentina. Tiene unas 66.000 hectareas, pero solo unas pocas son visitables. Yo madrugué el jueves para tomar una "combi" (minibus o furgoneta de pasajeros) hacia el parque. El billete vale 70 pesos ida y vuelta. Y la entrada al Parque Nacional Tierra del Fuego vale 65 pesos, 15 para argentinos.
Senda hacia Lapataia

El jueves hacía un día soleado y buena temperatura. Llegué el primero al camping del lago Roca, un lugar idílico en medio de un bosque de árboles enormes. Como dicen acá, "armé la carpa" (monté la tienda de campaña) y me fuí a hacer la primera ruta por el parque, dirección Lapataia, el último pueblo de Argentina, fronterizo con Chile, y a unos 3100 km por carretera desde Buenos Aires.

Esta ruta fué muy agradable. Hacía un día impresionante, no vi a nadie en el camino, y el entorno era espectacular, por una senda que va rodeando lagos, rios, bosques y praderas. La fauna es abundante, con pájaros de agua que no he visto en mi vida. Algún amigo se la gozaría aquí... También hay miles de conejos, que van tan tranquilos por las praderas, incluso querían meterse en mi tienda de campaña. Y eso que aquí habita el zorro patagónico, del que pude ver un ejemplar a tan solo 5 metros.
En el camping Lago Roca

En un momento de distracción, y por la falta de una señalización correcta, en un cruce de caminos me despisté, y me fuí por una senda sin señalizar... hasta que finalmente me perdí. Pasé un mal rato intentando orientarme, en medio de un bosque muy cerrado. No me apetecía jugar al "último superviviente", así que me calmé, busqué el sol, y caminé hacia un lago cercano, donde ya pude orientarme y regresar por donde vine.

Por la tarde hice un tramo de otra ruta, ya que no me veia con fuerzas de caminar mucho. Esta senda era llana, e iba al lado del Lago Roca, una zona preciosa entre montañas nevadas y un bosque de árboles centenarios. Las vistas eran de postal, pero me di la vuelta y regresé al camping a descansar y reponer fuerzas, y finalmente, presenciar una puesta de sol magnífica al lado del río Lapataia, donde estaba instalado.
Puesta de sol en Tierra del Fuego

La noche fue fría, pero dormí muy bien, pues estaba muy cansado. Por suerte a mi saco de dormir no le pasan ni las balas, pero si vienes mal equipado, puedes pasarlo muy mal. Lo malo fue al amanecer, que comenzó a llover. Por cierto, no he contado que aquí anochece a las 22h y amanece a las 5h. En pleno verano solo hay 4 ó 5 horas de noche, así que el día da para hacer muchas cosas.
Senda costera

Finalmente dejó de llover, me levanté, metí todo en la mochila, y me fuí a hacer otra ruta, ya de vuelta, con 12 kg. a la espalda. La ruta se llama "Senda costera", y es una maravilla. Va rodeando un entrante del mar, algo así como un fiordo, entre bellas montañas nevadas. La verdad que aquí todo es precioso. Tras 8 km. cargado, llegué muy cansado a mi destino, la Bahía Ensenada, otro lugar mágico, donde únicamente hay un muelle con un servicio postal, para enviar cartas desde "el fin del mundo". Lo feo es que está hecho para el turismo, llegan autocares, se bajan 50 personas, se hacen la foto, y se van.
Bahia Ensenada, oficina postal

Yo esperaba a mi combi de regreso allí. El día anterior vi que paraban allí mismo, así que suponía que tambien recogerían viajeros... ¡pero no! Tras hora y media de espera y mis planes para la tarde perdidos, decidí junto con dos italianos que estaban igual de tirados que yo, subir camino arriba en busca de un cruce. A los 10 minutos los italianos se rajaron y se dieron la vuelta. Seguí en solitario hasta encontrar el cruce. Allí si que paraban combis, solo era cuestion de esperar. Así que mientras esperaba, vi que llegaba una furgoneta de reparto, y que iban montados los italianos... y me hicieron la jugada maestra: "la Pekin Express". Pasaron de largo y no dijeron nada. Yo si que dije algo: ¡¡vaffanculo cabrones!!
Posando

Finalmente llegué a Ushuaia, cansado y sin tiempo para hacer la excursion que tenía pensada: navegar por el canal de Beagle. Así que pasé la tarde entre paseos y relax. Y para olvidar los malos ratos y las esperas eternas, me despedí en mi última noche en Ushuaia con una cena de capricho, comiendo cordero patagónico asado de forma tradicional, una delicia. Aunque cenar solo es un poco triste, y más cuando justo hace un año conocí a Cris. Pero bueno, habrá más ocasiones para celebrar, seguro.

Ahora estoy en Puerto Natales (Chile), pero esa es otra historia que contaré muy pronto. Un saludo.
Anochecer en río Lapataia

5 comentarios:

Silvia dijo...

Bueno Diego por lo que veo estas pasando alguna que aventura que otra ,pero eso es lo emocionante de los viajes ¿verdad?? las fotos son preciosas
Sigue asi de feliz y disfrutando de todo y cada uno de los momentos yo te sigo por aqui
Un saludo

Capitan Sardina dijo...

Tio, vaya fotos y que movidas, je, je. En una de esas te veo comiendo gusanos y culebrillas.
Ah, y en los ratos en los que te sientas solo que sepas que aqui hay mucha gente contigo paara cuando regreses, asi que de momento disfruta todo lo que puedas alli.

Diego dijo...

Gracias por el animo Silvia, apunta alguno de estos sitios en tu agenda viajera, que se que fliparias.

Fari, lo de los gusanos lo cambio por unas barritas de cereales, que me fio mas, jeje. Oye, deja de leer tio, y vente para aca de una puta vez!!

Viva Cuba dijo...

Que dices Diego, estoy enganchado al blog, las fotos impresionantes y escribes igual de bien que nuestro comandante. Hazte con unos crampones para subir ese glaciar, que no se te resista. Bueno tio cuidate mucho y un abrazo y escribe pronto. Por cierto, mete alguna foto del aeropuerto ese tan chungo si las tienes.

Anónimo dijo...

HOLA DIEGO!!!!
QUE ILUSION ME HA HECHO LEER TODAS TUS AVENTURAS Y VER TUS FOTOS. PUES CONTINUA Y PALANTE SIEMPRE, NUNCA TRISTE EH?, QUE ESTOS MOMENTOS SON UNICOS. ENHORABUENA POR CUMPLIR TU SUEÑO. UN ABRAZO SALINAS. CESAR