17 marzo 2011

Chachapoyas, Gocta y Kuelap

Me despedí de las playas de Máncora al mismo tiempo que un terremoto sacudía Japón. Finalmente las olas no fueron de gran altura en las costas peruanas, y no hubo daños. Para esas horas yo ya estaba en Chachapoyas, después de tomar un bus hasta Piura, otro hasta Chiclayo, y finalmente otro por la noche hasta Chachapoyas. En total un día y una noche de viaje, unas 20 horas aproximadamente.

Llegué muy cansado a Chachapoyas, aún era de noche, así que busqué un alojamiento y me quedé dormido unas 3 horas. El resto del día lo pasé informándome y decidiendo que visitar. La oferta de los alrededores de Chachapoyas es muy amplia. Se encuentra en una zona de sierra y ceja de selva, con preciosos y verdes valles, ríos rápidos y ruinas milenarias de la cultura Chachapoyas. Finalmente me decidí por visitar la catarata Gocta, que era un sueño que tenía desde hace 4 años, cuando vi en televisión que fue descubierta por un investigador alemán. El segundo lugar que decidí visitar fue Kuélap, la ciudad fortificada más importante de la cultura Chachapoyas. Con estas dos visitas tengo un poco de naturaleza, y otro poco de cultura.
Cocachimba
Cocachimba y el salto Gocta

Es interesante preguntar el precio en varias agencias que hay en la plaza, porque los precios pueden varias bastante. Yo cometí el error de no comparar entre varias, y pagué bastante más que otros viajeros. No soy amigo de contratar estas excursiones, pero hay lugares a los que es dificil llegar con otro medio de transporte. A Gocta, por ejemplo, no llegan buses ni coches de linea. Te puedes quedar en un cruce que hay en la carretera hacia Pedro Ruiz, y desde allí caminar unos 6 kilómetros hasta Cocachimba, y luego otros 5 más hasta el salto Gocta.
Gocta
Cortina de agua de Gocta

Yo fui a lo cómodo, y me dejaron en el pueblo de Cocachimba, un lugar muy pequeño y tranquilo, donde hasta hace tan solo 4 años no iba absolutamente ningún turista, y casi ninguna persona. Desde el pueblo se ve perfectamente la catarata Gocta (771metros, la tercera más alta del mundo), así que hablar de descubrimiento me parece un error. Más bien diría que el grupo de investigadores alemanes dieron a conocer al mundo algo que muy poca gente sabía, y fueron los que se llevaron el mérito del "descubrimiento", como ocurrió con Machu Picchu y tantos otros lugares.

Desde Cocachimba hay una agradable paseo hasta la parte baja de la catarata. Se tardan 2 horas en llegar, aunque depende mucho del ritmo. Se camina por una zona muy bonita, repleta de vegetación, con plantaciones de café y caña de azucar fundamentalmente. También se pueden ver muchos loros, muy ruidosos, por cierto.

Al llegar abajo de Gocta la sensación es de una grandeza indescriptible. Y también la agradable sensación del frescor del agua pulverizada. Desde abajo solo se ve el agua que cae del segundo salgo de la cascada, el mayor de los dos, y que tendrá unos 500 metros de caída aproximadamente. A medida que cae el agua se va dispersando y desintegrando, formando una cortina de agua que abajo de todo a veces es casi invisible, pues las corrientes de aire lo mueven, y al ir tan pulverizado forma una especie de nube o neblina. Hacer fotos en ese lugar es muy complicado. Se pueden hacer, pero la cámara se moja, y además salen muchos reflejos. La mejor hora sería el amanecer o el atardecer, pero esto es lo malo de las excursiones organizadas, que tu no puedes decidir. El sol estaba muy alto, y a veces resultaba molesto.
Salto Gocta
Desde cerca solo es posible ver el primer salto

Me quedé allí algo más de una hora con el grupo de la excursión. Algunos se atrevieron a darse un baño en las frías aguas. Poco después iniciamos el camino de vuelta hacia Cocachimba, que se hizo algo más duro, pues el calor y las fuertes pendientes cansaban las piernas. Hay una opción que es ir a caballo, o incluso se puede ir caminando y regresar a caballo, ya que el guía lleva un walkie, y avisa a un hombre que alquila caballos para que vaya a buscarte.

Llegamos a Chachapoyas en la tarde, y fui a tomar una cerveza con la gente del grupo, una mezcla de gentes de varias nacionalidades. Luego me fui a dormir, ya que a la mañana siguiente me esperaban unas cuentas horas de bus hasta la fortaleza de Kuélap.
Muros de piedra
Impresionante muralla de Kuelap

Desde Chachapoyas se tardan unas 3 horas. Hicimos una parada intermedia para contemplar las ruinas de Macro, un poblado en una zona rocosa de fortísima pendiente, en un emplazamiento espectacular. Parece ser que a la cultura Chachapoyas no le gustaban las cosas fáciles, puesto que Kuélap también se encuentra en un emplazamiento impresionante, en la cumbre de una montaña de 3000 metros de altura, una de las más altas de la zona, desde la que se contemplan los valles de ambos lados, cubriendo una distancia muy grande a simple vista.
Vista del valle
Vistas de uno de los valles

Según el guía, para su construcción se movió el doble de peso que para la pirámide de Keops en Egipto, y eso es mucho decir. Pero lo más complicado es que los arqueólogos han descubierto que una de las principales canteras para construir esta ciudad se encuentra a orillas del río Marañón, a una semana de camino desde Kuélap, y viendo la orografía del terreno y lo dificil que es llegar incluso en coche, no quiero ni imaginar el trabajo tan inhumano que tuvieron que hacer hace 1000 años, sin caballos ni tecnología alguna que facilitase el transporte de las piedras.
Entrada a la fortaleza
Puerta principal de Kuelap

La visita resultó muy interesante. Por suerte el guía era muy bueno, y encima le gustaba su trabajo, así que aportaba datos muy interesantes sobre Kuélap y la cultura Chachapoyas, que luchó contra los incas y que finalmente fue conquistada por estos.
Criadero de cuys
Criadero de cuys, que hoy sigue siendo un plato típico de la zona.

Lo curioso de esta cultura con respecto a las otras de Sudamérica, es que contruyeron edificios circulares en piedra, de diferentes tamaños según la importancia de la familia que vivía allí. Se organizaban en pequeños barrios, gobernados por un chamán, que era quién tenía la mejor casa, y la única decorada del barrio. En Kuélap hay 5 núcleos chamánicos, cada uno de ellos dedicados a un dios-animal.
Relieve de serpientes
Relieve que representa la dualidad.

Lo más espectacular son las enormes murallas, de hasta 12 metros de altura y 5 metros de grosor en algunos casos. Hay miles y miles de piedras que forman un bloque muy compacto y casi indestructible. Además la puerta principal de acceso tenía un sofisticado método defensivo, siendo de escasa anchura, y estrechandose aún más a medida que se accede al interior. Esto obligaba al enemigo a ir en fila de a uno, y además ascendiendo por una complicada escalinata con lianas, lo cual era lento, y mientras tanto los que defendían la ciudad les lanzaban todo tipo de objetos, dando lugar a auténticas matanzas.
Escaleras de entrada
Por ahi accedía el enemigo, y desde donde tomé la foto les ponían las pilas, jeje.

Los sistemas de drenaje son muy interesantes. En esta zona a veces se registran fuertes lluvias, pero Kuélap sigue ahí, como si no pasara el tiempo, gracias a la ingeniería tan avanzada de esta cultura, que permite canalizar el agua y colarse por unos conductos subterraneos que aún hoy no se sabe muy bien hasta donde conducen.
Casas circulares
Ruinas de Kuelap y casa reconstruida

Después de esta visita tan interesante, regresamos a Chachapoyas, por una carretera de tierra impresionante, que a veces quita la respiración, y con unos paisajes maravillosos. Toda esta es una zona agrícola muy rica, con cultivos muy variados, aprovechando el buen clima, y los terrenos que antes eran selva, con la consiguiente deforestación.

El día siguiente lo dediqué a descansar, y estuve dudando seriamente visitar otro lugar muy interesante: los sarcófagos de Karajía, pero finalmente deseché esta opción, decidiendo finalmente viajar hacia Tarapoto el martes 15.

Calle de Chachapoyas
Preciosa calle de Chachapoyas por la noche.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Un par de cosillas Diego. Yo vi unas construcciones circulares parecidas a las de las fotos, y estaban en terrazas. Eran construcciones indígenas, nada que ver con los Chachapoyas. Y la catarata de Gocta, me parece q salió hace poco en el programa del Calleja. Ya lo busco. que envidiaaaaaa!!! Un abrazo